La psicología social comunitaria nació y continúa desarrollándose para responder a las necesidades sociales en una comunidad, marcadas por la desigualdad. Busca trabajar los procesos psicológicos que permitirán que la comunidad salga adelante, se transforme, se libere de la exclusión y logre así, el bienestar social.
Con lo anterior, para ser un psicólogo comunitario se necesita:
- Sensibilidad social y sentido de justicia social
- Respeto por el otro
- Aceptación de la diversidad: reconocer derecho a ser igual a nosotros
- No ocultar ni omitir información que puede ser útil para los miembros de la comunidad y para colegas.
- Modestia en dos sentidos: aceptar que hay cosas que no se saben, que es necesario aprender no sólo de libros sino de lugares y personas inesperados y, segundo, no despreciar los aspectos sencillos.
- Estar abierto a la sorpresa, la corrección, la duda.
- Saber escuchar y estar dispuestos a hacerlo
- Poner conocimiento al servicio de las transformaciones necesitadas y deseadas por las personas con las que se trabaja.
- No ejercer como psicólogo comunitario si no se está dispuesto a actuar siguiendo los valores de respeto al otro y con todas las condiciones anteriores.
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